domingo, 27 de enero de 2008

Capítulo 16.- Trsite soledad.

Harry salió al aguacero torrencial y sintió como miles de gruesas y frías gotas comenzaban a empapar sus ropas y mojar su cuerpo. Gritó inútilmente su nombre, pero ella ya no contestó, gritó nuevamente y la respuesta fue la misma, el silencio; ella se había ido, había desaparecido entre la gruesa y pesada cortina de agua. Harry permaneció buscándola por la montaña un buen rato, pero sin mucho éxito. Ya estaba helado hasta los huesos cuando se resignó a que ahí no la iba a encontrar, así que no encontró mejor cosa que hacer que ir de regreso con el grupo, esperando que Anny se hubiera regresado también. Corrió hasta llegar a las Tres Escobas, donde se encontraba el resto de los alumnos. Al entrar la buscó con la mirada, esperanzado de verla, pero no la encontró, en cambio sí se percató de los numerosos cuchicheos y conversaciones privadas en cada mesa del lugar. Según pudo escuchar, todas tenían el mismo tema principal: Parvati y Lavander, y su escandalosa exhibición. Todos estaban tan metidos en sus pláticas que fue poca la atención que le pusieron a Harry cuando entró al local todo empapado.

- ¡Aquí! – lo llamó Hermione a una mesa, la más alejada de la muchedumbre murmuradora. Harry alcanzó a sus amigos y se sentó frente a ellos, tiritando.
- Mira nada más cómo vienes. – exclamó su amiga, y con un elegante movimiento de su varita y sin pronunciar palabra alguna, Harry quedó completamente seco.
- ¿Cómo te fue? – Preguntó Ron - ¿Ya te dijo porqué se comportaba así?
- Bueno, sí, pero pasaron muchas cosas también. – dijo Harry. – Sí me dijo porque se comportaba así conmigo, pero…
- ¿Pero? – indagó Hermione.
- Ahora sí se acabó definitivamente. – exclamó con un dejo de tristeza y resignación.
- ¡¿Qué?! – Dijeron sus amigos - ¿Por qué?
- Pues, es complicado, y no creo poder decírselos aquí, pero la cosa es más grave de lo que imaginaba.
- ¿Tiene que ver con… Voldemort? – preguntó en un susurro Hermione.
- No necesariamente, pero sí con Velda y Winslow.
Ron y Hermione se petrificaron al escuchar la declaración.
- Mejor esperemos a regresar al colegio. – Sugirió el muchacho – Por cierto, ¿han visto a Anny por aquí de casualidad?, lo que sucede es que se salió corriendo después de que hablamos y ya no la he visto.
- ¿Se salió con este aguacero?
- Sí. Créeme, ella quería alejarse de mí lo más rápido posible.
- Pues aquí no ha venido.
Harry suspiró como derrotado y con la cabeza gacha. El resto de la tarde se la pasó mirando la muchedumbre entrar y salir del local hasta que llegó la hora de regresar al colegio nuevamente. Incluso cuando ya venían con el grupo, buscó por todos lados por Anny, pero no venía con ellos. Harry se acercó a la profesora McGonagall para preguntar sobre su paradero.
- La Srta. Waller – contestó la maestra ante la interrogativa del muchacho – se marchó al castillo hace un buen rato, no se sentía muy bien y el Sr. Filch la llevó de vuelta.
- Ya veo – respondió Harry con resignación – gracias profesora. – Y se marchó de nuevo con sus amigos para contarles lo sucedido.

Ya una vez que llegaron y estuvieron en su sala común, esperaron a que todos se fueran a dormir para que Harry pudiera desahogarse con sus dos mejores amigos.

- Entonces… - Hermione fue la primera en hablar - ¿explícanos que fue lo que sucedió?
- Sí – agregó Ron - ¿Por qué se portaba tan arisca contigo, si no le hiciste nada?, ¿y porque ahora ya no quiere nada de nada contigo?
- Bueno, - comenzó a explicar Harry – la razón por la que no me había dicho nada, a mí ni a nadie más fue porque hizo una promesa inquebrantable de no revelar nada a nadie, más que a la persona correcta.
- ¡¿Una promesa inquebrantable?! – Exclamó Hermione, asombrada – Eso lo explica todo. Por eso no te había dicho nada.
- ¿Es muy grave romper esa promesa? – preguntó Harry.
- Mucho, – respondió Ron – puedes pagarlo con tu vida.
- Bueno, – continuó el muchacho – yo le pedí que no me dijera nada, pero ella insistió, me dijo que ya había roto su promesa y que no podía echarse para atrás. Anny buscaba en secreto a un perdido heredero al que debía entregarle algo de mucho valor y poder, toda su familia por generaciones lo han buscado.
- ¿A quien buscaba?
- Al heredero de Naráva.
- O sea… - dijo Hermione mirando a su amigo, entendiéndolo todo.
- Sí, a mí.
Ron y Hermione quedaron estupefactos ante la revelación.
- Anny me buscaba a mí sin saberlo, además ha tenido con ella desde siempre la parte que me faltaba del Medallón de Naráva. Ella no quería encontrarlo porque sabía que le daría malas noticias. Le diría que él tendría un gran poder que muchos deseaban y que lo podrían llegar a matar para obtenerlo. Durante mucho tiempo grandes y poderosos enemigos la estuvieron acosando para quitarle ese poder que le pertenecía al heredero, pero ella se resistía. En estos últimos meses, sus fuerzas menguaron de tal forma que ya no lograba detenerlos, la acosaban en sueños y la amenazaban de muerte. Ella quería mi ayuda para encontrarlo, pero jamás pensó que yo era aquel a quien tanto buscaba pero que no deseaba conocer. – se detuvo un instante. – Cuando se enteró que yo poseía la otra mitad del medallón y que era el heredero, se puso histérica, diciéndome que ya jamás podríamos estar juntos, y fue cuando me dio la otra mitad del Medallón de Naráva y se marchó corriendo. Intenté detenerla, pero ya no la encontré.
- Vaya – exclamó Ron.
- Pero también mencionaste a Winslow. – agregó Hermione. – ¿Qué tiene que ver él con todo esto?
- Bueno, solo creo que también él tiene algo que ver. Hace unos meses, antes de las vacaciones, Winslow me propuso que le ayudara en una misión, para esto, Anny ya me había hablado de él, me dijo que era un poderoso nigromante y que había sido, hace años, aliado de su madre.
- ¡¿Qué, qué?! – exclamaron casi en un grito Ron y Hermione.
- ¡Sshh! – intervino Harry – Van a despertar a alguien.
- Es que… no lo puedo creer, ¡Winslow aliado de esa horrible bruja!
- ¿Y Dumbledor lo sabe?
- Anny me dijo que sí, que ella misma se lo contó.
- ¿Para qué misión te necesitaba?
- No me lo dijo claramente, pero sí me dijo que a cambio me enseñaría cosas muy poderosas en la magia antigua.
- ¿Aceptaste?
- Claro que no. Anny me había hecho prometer que no me le acercaría siquiera, y de cualquier forma, me dio mala espina aquella proposición. Cuando regresamos de las vacaciones y hable con Anny, me dijo que Winslow, cuando fue amigo de Velda, fue con ella a una misión importante, muy secreta, y que luego de ella, desapareció sin dejar ningún rastro. Velda estaba furiosa y lo quería muerto. Me dijo también que Winslow encontró la llave de la inmortalidad y que por eso desapareció, hasta ahora.
- ¿La… llave de la inmortalidad?
- Velda la quiera ahora para dársela a Voldemort. Además creo que Winslow sabe que ella tenía el medallón y pienso que también lo quiere para poder acceder a ese poder porque, según Anny, necesita de algo muy poderoso para poder conseguir esa inmortalidad. Pienso que el Medallón puede ser esa llave.
Al final del relato Ron y Hermione no sabían no que decir.
- Es, simplemente increíble lo que nos acabas de contar.
- Bueno, - dijo Ron - al menos ambos se ahorraron un buen montón de problemas. Tú querías la otra mitad del medallón y a ella le urgía encontrar el heredero.
- ¡Que insensible eres Ronald!, no ves que Veranna ya no quiere estar con Harry por eso. Además es una nueva carga para Harry. – Entonces se dirigió al muchacho – Si a ella le pesa tanto que tu seas ese heredero es por que te ama de veras. Ahora solo debes convencerla de que tu condición no te impide estar con ella. Ser ese heredero no puede ser peor que el único con el poder de derrotar al señor tenebroso, ¿o sí?
- Pues no, pero ya no importa que trate de hablar con ella. Cuando se le mete una idea en la cabeza, nadie la saca de ahí. La creo capaz hasta de dejar el colegio con tal de alejarse de mí.
Ron y Hermione intercambiaron miradas de tristeza ante la declaración de su amigo.
- Bueno, bueno – dijo Ron de repente – solo por esta ocasión.
- Por esta ocasión ¿Qué? – preguntó Hermione.
- Solo por esta ocasión ayudaremos a Harry
- ¿Ayudarme? – preguntó, confuso.
- Sí. Hablaremos con ella y la convenceremos. No te puede dejar así como así.
A Harry se le iluminó el rostro. Les agradeció a sus amigos por todo ese apoyo. Ya eran casi las 2:00 de la mañana cuando los tres decidieron irse a dormir, Harry con una nueva esperanza de recuperar a su novia.

Al pasar de los días, la situación no iba cambiando para nada. Ron lo intentó una semana y por todos los medios, pero rápidamente se hartó de la actitud de la chica, quien ni siquiera le prestaba atención a lo que decía. Hermione también lo intentó, pero Anny siempre se le escapaba o no la dejaba hablar. Con el tiempo, Harry fue perdiendo las esperanzas. Cada vez que se acercaba a ella, Anny hacía todo lo posible por alejarse, incluso acepto la molesta compañía de Malfoy, quien la acompañaba a todos lados y no paraba de alzarse el cuello diciendo que le había robado la novia a Harry Potter, cosa que al pobre muchacho lo destrozaba sin piedad.
La mayor parte del tiempo Harry se la pasaba triste y melancólico. Sus amigos querían animarlo, pero él se resistía, prefería estar sumido en una triste soledad, vagando por los corredores sin mayor compañía que sus propios pensamientos. Las clases eran incomprensibles, los recesos aburridos, la vida misma se mostraba tediosas. Asistir casi todos los días con ella a las mismas clases lo aniquilaba lenta y dolorosamente, sobre todo cuando ella se sentaba a su lado, estando tan cerca de él y a la vez dejando su corazón tan lejos. Pero, a pesar se esa terrible situación, en esos desesperados momentos, aún había pequeños instantes en los que Harry encontró los ojos de la chica que lo observaban como antes, cuando nada malo ocurría entre los dos y con solo la mirada podía entender sus pensamientos, pero esos escasos segundos siempre se desvanecían en la expresión decidida e inexorable de la chica de no hablarle más.

Así pasaron semanas hasta que llegó marzo, y con él la primavera. Y, aunque en el colegio la mayor parte de los alumnos se mantenían tranquilos en el agradable clima y distraídos por la carga de deberes que les imponían, no podía evitarse del todo enterarse de lo que ocurra fuera. Matanzas, desapariciones, torturas, más y más familiares de alumnos eran victimas de las atrocidades de Voldemort y Velda. Todos deseaban que las vacaciones de pascua llegaran ya para poder regresar a ver a sus familias.

Dentro de todas aquellas terribles cosas hubo una que llamó la atención de Harry y lo distrajo momentáneamente de su aguda melancolía.
- ¿Qué dice el diario?
- ¿Quién desapareció esta vez?
- No desaparecieron, sino que fueron encontrados, miren. – la chica comenzó a leer.

“Remulo Duhnan, importante miembro del Departamento de Cooperación Mágica Internacional y del Wizengamont, fue encontrado muerto en las afueras del Galstonbury, al sur del país, junto con su esposa media sangre, Magda Duhnan. Al parecer fueron victimas de la maldición de muerte, porque no se encontraron marcas o lesiones físicas, pero no se descarta que hayan sido torturados por otras maldiciones y/o pociones para obtener información de ellos. Esta pareja había sido secuestrada hacía varios meses y no se tenía idea de su paradero. También los familiares muggles de la familia habían sido asesinados hace casi dos años. Aparentemente, la importancia de esta familia radica en la información que éste hombre guardaba acerca del Departamento de Misterios, información que se tiene celosamente resguardada en el ministerio de magia y no se nos ha querido revelar a los medios de comunicación…”

- ¿Qué opinan?
- Que el pobre ya chupó faros – Ron.
- Que gracioso Ron, Harry, ¿tú que dices?
- Glastonbury. – Dijo, meditando – Anny mencionó ese lugar, creo que lo conoce, de su infancia. Le trae malos recuerdos. Su abuelo nació ahí.
- Es un lugar con muchos antecedentes mágicos, como la Isla de Ávalon. – explicó Hermione.
- ¿”La Islas de Ávalon”? – preguntaron los muchachos al unísono.
- Sí, de verdad, no puedo creer que a estas alturas no se pongan a leer algo de historia de la magia, aunque ya no lleven la materia.
- Discúlpame la vida – exclamó Ron exasperado por el sermón – pero piensas explicarnos o nos dejarás con la duda.
- Debería dejarlos con la duda para que se pusieran a buscar ustedes mismos. – pero la chica recapacitó al ver la expresión del pelirrojo que le decía claramente “ni lo sueñes”, entonces decidió decirles. – Es una leyenda muy antigua que habla del mundo de los muertos, se supone que ahí se encontraba, pero obviamente el lugar no es una isla.
- ¿Lugar de los muertos?
- Sí, y que tiene una entrada secreta, pero numerosos magos expertos la han buscado y no existe. Es un lugar mágico por su historia, ya que ahí habitaron por mucho tiempo la civilización celta, que tenía grandes y poderosos magos-sacerdotes que practicaban magia antigua.
- Pues me gustaría conocer ese lugar. – dijo Ron con convicción.
Harry no comentó nada, solo se quedó meditando en las palabras de su amiga con respecto al lugar. Algo había en esa historia que podría ser cierto.

Continuaron avanzando los días entre tareas y ejercicios. Los de 7° no tenían ni un instante de descanso por los EXTASIS que se avecinaban. Si a eso le sumamos los entrenamientos de Quidditch y tareas extras, no había tiempo a veces ni para comer. Al menos toda aquella carga de trabajo hacía que Harry no tuviera tiempo ni energía para sentirse abatido. Finalmente ya se acercaban las vacaciones de pascua y con ellas la excitación se salir y ver a sus familias.

El día previo a que salieran, el clima primaveral era cálido y agradable, perfecto para que todos aquellos enamorados, como Ron y Hermione, salieran del castillo y dieran un largo paseo por los jardines, algunos para despedirse de su pareja que no verían en dos semanas, otros, como Ron Weasley, para prepararse psicológicamente para lo que serían sus más difíciles vacaciones hasta el momento, ya que Hermione lo había convencido de pasar esas dos semanas en su casa, para conocer a sus padres, para Ron eso solo significaba una cosa: compromiso, y eso le aterraba.
Todos parecían estar felices y contentos, con mariposas volando a su alrededor y la brisa suave cantando en sus oídos, todos disfrutaban el ambiente romántico menos una persona: Harry. El pobre muchacho pensaba que ya no podía sentirse más miserable que en ese momento. Él también se encontraba fuera del castillo. Adentro parejas despidiéndose, afuera también, él jamás imaginó ver tanto amor a su alrededor y él, como grinch. Hacía semanas que no hablaba con Anny. La extrañaba demasiado que ya no soportaba ir a las mismas clases que ella sin dirigirle la palabra.
Harry caminó por los jardines, ya que era tarde para regresar al castillo. Caminando, finalmente llegó a la orilla del lago más cercana al bosque prohibido y se escondió detrás de un arbusto. Desde ese punto podía ver como Hermione animaba a Ron al otro lado del lago, el pelirrojo tenía un tinte verdoso que se agravaba conforme se acercaba la hora de partir. Harry sintió tanta envidia de ellos.
Pasó un buen rato, faltaba poco para el atardecer y Harry decidió regresar de nuevo al castillo, triste y melancólico, a pasar otras vacaciones alejado de Anny, quien creía haber perdido para siempre. Pero en ese momento, al levantarse y comenzar a caminar hacia el castillo, alguien ya se encontraba bloqueándole el paso.
- Sabía que te encontraría aquí…

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